"...y esas ganas de llorar / que me dan al terminar / se revierten y se convierten / cuando miro que la gente / me oye y muero de felicidad..."
Que tal día el de hoy, bastante agitado para ser un día de semana, con muchas cosas por hacer y lugares que ir, una mañana bastante sofocante con este sol de verano que cada día quema más, salir con la bici y sin gorrita que te proteja al menos la vista de los rayos solares no se lo recomiendo a nadie, llega un momento en que si no estas acostumbrado a estar muy expuesto a la luz del dia puede hasta hacer que te arda la vista como es mi caso. No soy mucho de estar fuera de mi casa en verano y mucho menos de mañana, soy de los que espera la tarde para salir.
Que gran lugar he descubierto para almorzar, un lugar cerca de casa, fresco, con un ambiente agradable, buena atención. No necesita nada más, buena sazón, precios al alcanze de todos y ni que decir de la atención valga la redundancia.
Y como dice la frasecita aquella: "barriga llena, corazón contento" y después una siesta no me vino nada mal, con puerta y ventanas abiertas, sentir el aire refrescándote los pies y el rostro no tiene comparación.
Me enteré asi sin querer que llegó Jorge de Nicaragua después de 7 largos años, hablamos un toquee por fono y quedamos en hacer algo esta semana. Como siempre Jorgito fue fanático de la playa y del cebiche es más que seguro que este fin de semana se da un par de vueltitas por el mar limeño jejeje...
Que tales años los de la adolescencia Jorgito.
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