Agotador, lo describo de esa manera, agotador mis días en la ferre, agotador el ir y venir, subir y bajar de combis (6 para ser exactos) el frio que empieza a hacerse fuerte, la gente que camina y pasa preguntando sin comprar nada. Llegar a mi casa a las 6, dormir un par de horas, despertar e irme a trabajar nuevamente. Hoy me desperto un mal sueño a las dos de la mañana y aqui me encuentro escribiendo como habitualmente lo hago.
En verdad no sé que más escribir, lo hago para no darle tregua al insomnio que ya empieza a acomodarse a un lado de mi cama y ha pedido el control remoto de la tele, me pregunta si no hay una mantita, es que ya hace frio me dice, y yo con mi mejor sonrisa ( que quizás tenga) busco en el armario una manta naranja, ya saben, hay darle un buena impresión para que no se quede mucho por aca.
Escuchando un poco de música, salsita lenta, Marc Anthony... y de repende te da por romper a llorar... pero se te paso que al marcharte de aqui/ yo quede igual que tú, libre para elegir/ y hubo alguien...
Cheere la canción, pero no muy adecuada para el momento.
Mejor Julio Humala, rasga la guitarra lastimeramente (no sé si existe esa palabra, nunca tuve vocación de inventor y menos en noches como esta) pero si pueden entenderme, no sé cual sería el problema.
Que tendrán los ayacuchanos, pero todos, absolutamente todos, llevan el arte en la sangre, sean musicos, escultores y demas artesanos, me sorprende, es uno de los lugares que quisiera conocer pronto, quizás un mini viajecito en agosto previa adquisición de camarita profesional, caminar por sus callecitas angostas, callecitas serranas, casitas de barro y tejas, aroma de trigo que se quema en el horno a las seis de la tarde, ciudad de iglesias y de una Semana Santa espectacular, lugar historico cuna de nuestra independencia, sentarse en la plaza de armas de Huamanga a las 5 de la tarde viendo a la gente pasar mientras el sol se despide no tiene precio.
Hasta mas escribirles.
En verdad no sé que más escribir, lo hago para no darle tregua al insomnio que ya empieza a acomodarse a un lado de mi cama y ha pedido el control remoto de la tele, me pregunta si no hay una mantita, es que ya hace frio me dice, y yo con mi mejor sonrisa ( que quizás tenga) busco en el armario una manta naranja, ya saben, hay darle un buena impresión para que no se quede mucho por aca.
Escuchando un poco de música, salsita lenta, Marc Anthony... y de repende te da por romper a llorar... pero se te paso que al marcharte de aqui/ yo quede igual que tú, libre para elegir/ y hubo alguien...
Cheere la canción, pero no muy adecuada para el momento.
Mejor Julio Humala, rasga la guitarra lastimeramente (no sé si existe esa palabra, nunca tuve vocación de inventor y menos en noches como esta) pero si pueden entenderme, no sé cual sería el problema.
Que tendrán los ayacuchanos, pero todos, absolutamente todos, llevan el arte en la sangre, sean musicos, escultores y demas artesanos, me sorprende, es uno de los lugares que quisiera conocer pronto, quizás un mini viajecito en agosto previa adquisición de camarita profesional, caminar por sus callecitas angostas, callecitas serranas, casitas de barro y tejas, aroma de trigo que se quema en el horno a las seis de la tarde, ciudad de iglesias y de una Semana Santa espectacular, lugar historico cuna de nuestra independencia, sentarse en la plaza de armas de Huamanga a las 5 de la tarde viendo a la gente pasar mientras el sol se despide no tiene precio.
Hasta mas escribirles.
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